domingo, 14 de octubre de 2018

Cortometraje Cuerdas

El siguiente cortometraje trata sobre María una nena que  se verá alterada por la llegada al colegio de un niño muy especial, que presenta parálisis cerebral. Pronto se convertirán en amigos inseparables.


La película, repleta de matices, narra una tierna historia de amistad entre dos niños muy especiales pero también es una obra que habla de valores e ilusiones y que es capaz de cautivar al espectador desde que aparece en pantalla el primer fotograma y se escucha la primera nota musical hasta los agradecimientos finales.




Frente a la Clase



La película Frente a la clase trata acerca de la vida de Brad, una persona con síndrome de Tourette, este síndrome hacia que el emitiera sonidos y movimientos de manera involuntaria.

A veces los seres humanos no somos capaces de reconocer el valor que tenemos como personas y mucho menos el valor que tienen los demás al igual que nosotros y las cosas que podemos llegar a alcanzar si en realidad lo queremos y luchamos por ello





Cada niño es Especial

Una película que no podes dejar de ver es "Like Stars on Heart" (Taare Zameen) o "Cada niño es Especial". Se trata de una película muy emotiva que nos cuenta la historia de Ishaan, un niño indio de 8 años que tiene dislexia y que su entorno parece no comprender. Pero algo está a punto de cambiar cuando el profesor de Arte se fija en él…

Acá la podés ver:

viernes, 12 de octubre de 2018

Manual de Educación Inclusiva

Educación inclusiva y de calidad, un derecho de todos es una publicación de distribución gratuita. Su objetivo es promover prácticas inclusivas en las escuelas de todos los niveles.

La publicación recorre los principios de la Educación Inclusiva junto con la legislación y las normativas que garantizan el Ingreso y la trayectoria en el sistema Educativo común en todos los Niveles (Inicial, Primario y Secundario). Se analizan conjuntamente los Diseños Curriculares vigentes, los proyectos institucionales, la gestión de las aulas, la trayectoria escolar, las evaluaciones, los boletines, la certificación y el paso de Nivel, poniendo el foco en los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Fue realizado en gestión asociada entre el Grupo Art 24 por la Educación Inclusiva y COPIDIS (Comisión para la plena participación e inclusión de las personas con discapacidad de Ciudad de Buenos Aires).

Para descargarlo hacé click acá.

Para verlo en Lengua de Señas Argentina o descargarlo en formato de audio libro hacé click acá.


Día del Estudiante: ¿es una utopía que todos los chicos, en el mediano plazo, lo celebren en un contexto de diversidad?

El 21 de septiembre, además de celebrar la llegada de la primavera, en la Argentina se festeja el Día del Estudiante. La fecha se estableció en 1902 y en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, porque el 21/9 de 1888 habían arribado sus restos desde Asunción, Paraguay, donde el educador argentino había muerto el 11 de septiembre (Día del Maestro).

Este período, entonces, es propicio para reflexionar acerca de la educación inclusiva en la Argentina. Y, en concreto, en relación a los chicos con discapacidad. Éstos, en todo el territorio, tienen serios inconvenientes para asistir a escuelas comunes con el resto de los niños. Se estima, según cifras de la Unesco, que cerca del 60 por ciento de los alumnos con discapacidad no está incluido en el sistema escolar. La génesis de esta situación, según se entiende desde ASDRA, es multicausal: la falta de capacitación docente; los prejuicios de buena parte de la comunidad educativa; la generalizada e inadecuada infraestructura edilicia de los establecimientos escolares; y la ausencia de apoyos y de políticas públicas desde el Estado, en una clara falta respecto de lo que establece la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU (Primer Tratado de Derechos Humanos del Siglo XXI y que la Argentina incorporó a su ordenamiento jurídico en 2008).

Si bien cada una de las causas mencionadas merece un análisis, en este caso, ASDRA considera que es fundamental detenerse en la referida a los prejuicios. Éstos son, en gran medida, los que impiden que todos los chicos puedan compartir el colegio en un ámbito donde la diversidad sea un valor clave. Prueba de ello es que en la ciudad de Buenos Aires, tal como lo indica la experiencia de las asociaciones de familias de personas con discapacidad, los padres de un niño con síndrome de Down pueden ir en promedio a 20 escuelas comunes para obtener una vacante para su hijo. Y, en general, si bien conseguir lugar en los colegios hoy está difícil para cualquier familia, en el caso de aquellas que tienen un integrante con discapacidad es más complejo todavía. El argumento de los directivos suele ser el siguiente: “No estamos preparados”. Pero, muchas veces, lo que en realidad sucede es que dominan los prejuicios.


La inclusión tiene una sola receta: la actitud

Para la inclusión no existen recetas mágicas, si bien hay experiencias y bibliografías muy ricas para formarse. La receta es la actitud para cambiar prácticas que promuevan que cada persona e institución desarrolle conductas que permitan “darle lugar” a quienes son más vulnerables a través de la generación de oportunidades en condiciones de igualdad y desde una perspectiva de equidad. Ocurre que la educación en este tiempo posmoderno, como puede observarse, está más diseñada –cuando es posible enseñar- para la competencia que para la cooperación. La pregunta, entonces, surge de inmediato: ¿qué tipo de enseñanza queremos darle en los colegios a los chicos?

Una cuestión fundamental que deben recuperar las escuelas es la dimensión axiológica, es decir, aquella que tiene relación estricta con valores tales como el respeto, la tolerancia y la solidaridad. Es que se pone tanto, en ocasiones, el énfasis en la instrucción, que la enseñanza cae a veces en la incorporación de meros tecnicismos. Desde luego que éstos son fundamentales para la inserción de los chicos en el mercado laboral abierto y competitivo cuando sean adultos pero, no obstante, es de una importancia mayor formarlos en primer lugar como personas. En hombres y mujeres que sean capaces de detenerse para observar qué ocurre a sus costados y en sus comunidades y que, sobre todas las cosas, con sus actitudes contribuyan verdaderamente a la configuración de una sociedad mejor y donde todas las personas sean consideradas.

Para empoderar la educación de los chicos, ASDRA lleva adelante desde hace tres años el Programa “Alumnos Ciudadanos”. Se trata de una iniciativa que consiste en la visita a escuelas primarias de gestión privada y estatal de la Ciudad, con la participación de un equipo de instructores con síndrome de Down. Éstos se forman para capacitar a los chicos sobre temáticas que están muy arraigadas en la trama social, tales como el bullying y las dificultades para una convivencia saludable con los semejantes y el medio ambiente. El Programa tiene un valor agregado que radica en que los mensajeros, en todas las experiencias, terminan convirtiéndose en el mensaje en sí mismo: ¡las personas con síndrome de Down son agentes de cambio y se posicionan desde un rol activo en ámbitos en los que muchas veces, por desconocimiento y prejuicios, les son esquivos! “Alumnos Ciudadanos” es un Programa tan rico que, en su corto recorrido, ya cosechó reconocimientos de la ONU y de la Comisión Nacional de Justicia y Paz por su contribución al Bien Común.

Está claro que el principal ámbito para la educación es la familia. Pero en momentos en los que esta institución se encuentra en crisis y atraviesa importantes dificultades es imperioso, entonces, que el sistema educativo realice los esfuerzos necesarios para dar una enseñanza de calidad integral. Una enseñanza que prepare a todos los chicos para un mundo marcado por la competencia pero que, además, como se dijo, forme a personas. Personas que tengan la capacidad de incluir en los ámbitos en donde estén y les toque estar.

Ojalá que en la Argentina, en el mediano plazo, todos los chicos puedan celebrar el Día del Estudiante y en un contexto de diversidad. Puede sonar a utopía. Pero como alguna vez manifestó el escritor uruguayo Eduardo Galeano, la utopía, que está allá, en el horizonte, “sirve para caminar”. Y hacia la inclusión plena, aunque parezca utópico, deben ir las escuelas. ¿Por qué? Porque nadie sabe más que todos juntos.


Fuente: Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA)

Familia

"La Familia recorre un largo camino". En este cuadernillo la autora, Blanca A. Nuñez, aborda las distintas vicisitudes que enfrenta una familia desde el momento del diagnóstico hasta que logra la acomodación a la situación que le tocó vivir.
Plantea que la familia tiene la función de sostener y organizar el crecimiento y la maduración del bebé. Al enfrentarse a la discapacidad del hijo la familia vive una situación de crisis que la desorganiza.
Los padres necesitan en ese momento contención, comprensión y apoyo para poder asimilar y enfrentar la situación que están atravesando. Se rompen sueños. Y la posibilidad de reacomodarse a la nueva situación está influida por múltiples factores. Habrá familias que quedarán detenidas en este camino de la adaptación, pero muchas otras, la mayoría, logran reacomodarse.
El niño debe convertirse en un sujeto activo dentro de ese grupo familiar y la familia deberá darle a ese hijo un lugar, que no será el más importante pero tampoco el marginado o subvalorado.
Escuchemos testimonios de las familias:


Video Arte Terapia para familias con hijos discapacitados


El apoyo de la familia a los niños con discapacidad

domingo, 7 de octubre de 2018

Entiéndeme, escúchame, sonríeme

Padres de niños con discapacidad, cuentan en un libro sus historias de superación

“Entiéndeme, escúchame, sonríeme” es un libro que recoge las historias de tres familias con niños que presentan diferentes discapacidades. Una periodista y una psicóloga son las autoras de unos relatos en forma de entrevistas que mostrarán cómo vivieron el proceso de superación de tener un hijo con discapacidad.